Vladimir Putin se reunió con Xi Jinping para conversar sobre su reciente encuentro con Trump en Alaska

Al margen de la cumbre de la OCS en China, ambos líderes abordaron los recientes acercamientos entre Moscú y Washington. El diálogo se da en un momento de redefinición de alianzas internacionales frente al liderazgo occidental.

Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, mantuvieron una conversación privada durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), centrada en los recientes contactos diplomáticos entre Moscú y Washington. Así lo confirmó el asesor del Kremlin, Yury Ushakov, a medios rusos.

El diálogo tuvo lugar el domingo, al margen de la reunión multilateral celebrada en la ciudad portuaria de Tianjin, donde líderes de casi 20 países asiáticos se congregaron para discutir temas de seguridad y cooperación regional. Según Ushakov, Putin compartió con Xi detalles sobre su reciente encuentro con el presidente estadounidense Donald Trump en Alaska.

“Ambos mandatarios pudieron dialogar activamente y de manera muy productiva”, expresó el asesor, destacando que el presidente ruso informó a su par chino sobre el contenido de sus conversaciones con la administración Trump. Sin embargo, no se revelaron públicamente detalles específicos del intercambio bilateral entre Rusia y EE.UU.

Este acercamiento adquiere un matiz estratégico dada la actual tensión geopolítica entre potencias. La OCS, fundada en 2001, ha sido promovida por Pekín y Moscú como una plataforma alternativa al orden liderado por Occidente, y su proyección ha crecido en medio de los enfrentamientos políticos, económicos y militares con Estados Unidos y la Unión Europea.

El regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. en enero ha reconfigurado la agenda internacional, generando incertidumbre en temas clave como el conflicto en Ucrania, las tensiones con China por Taiwán y la competencia por la influencia en Asia Central. La cumbre de Tianjin es la primera edición de la OCS bajo su segundo mandato.

Entre los participantes destacados estuvo el primer ministro indio Narendra Modi, quien no visitaba China desde 2018. En su encuentro con Xi Jinping, recalcó la necesidad de fomentar una relación bilateral basada en “confianza mutua y respeto”. Sus palabras fueron interpretadas como un gesto de distensión tras años de fricciones fronterizas.

La OCS está integrada por China, Rusia, India, Pakistán, Irán y varias repúblicas exsoviéticas de Asia Central, como Kazajistán y Uzbekistán. En total, representa a casi la mitad de la población mundial y una porción considerable de la economía global. Su peso simbólico como contrapeso a la OTAN ha aumentado, aunque persisten dudas sobre su cohesión interna.

Expertos internacionales consideran que la organización se ha convertido en un vehículo útil para Beijing y Moscú en su intento de proyectar poder sin depender de alianzas occidentales. “China ha intentado posicionar a la OCS como una alternativa más democrática al orden internacional tradicional”, indicó el analista Dylan Loh, desde Singapur.

La delegación rusa llegó a la cumbre con altos funcionarios del gobierno y figuras del sector empresarial, un gesto que refuerza la importancia que Putin otorga a su relación con China. Este vínculo ha cobrado mayor peso tras las sanciones impuestas a Moscú por la invasión de Ucrania y la creciente rivalidad con la OTAN.

Tianjin fue blindada por un fuerte operativo de seguridad, con presencia visible de efectivos en los alrededores del recinto de la cumbre y controles en puntos clave de la ciudad. El tráfico se vio interrumpido durante horas, en una muestra del alcance logístico de este tipo de encuentros internacionales.

El evento culminará con un desfile militar previsto en Beijing, con motivo del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Al acto asistirán la mayoría de los jefes de Estado presentes en la cumbre, incluyendo al líder norcoreano Kim Jong-un, cuya presencia genera expectativas y preocupaciones a partes iguales.